EL GLACIARISMO CUATERNARIO EN LOS MONTES IBÉRICOS – 1918 (I)

Interesante estudio publicado en el año 1918 sobre la cumbre del Urbión y sus lagunas. Quizá utilice palabras muy técnicas pero siempre es bueno saber más sobre nuestra sierra del Urbión.

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EL GLACIARISMO CUATERNARIO EN LOS MONTES IBÉRICOS

POR JUAN CARANDEL Y JOAQUÍN GÓMEZ DE LLARENA – 1918

Para planear nuestra investigación glaciológica, hubimos de recurrir a los datos que acerca del límite teórico de las nieves perpetuas cuaternarias dieron, en 1894 y en 1916, PENCK y OBERMAlER, respectivamente; o sea, que para Urbión sería de 1.900-2.000 metros, y de 2.200-2.300 para el Moncayo.

 Por tanto, los macizos anotados como focos glaciares que a priori debían o podían ser objeto de investigación, eran, a partir del NW.: Sierra de la Demanda (Cerro de San Millán, 2.134 metros); Sierra de San Lorenzo (2.300 metros); Sierra de Neila (2.039 metros); Macizo de Urbión (2.246 metros); Sierra de la Cebollera (2.130 nietros); el Moncayo (2.315 metros), extremo SE. de la serie.

Pero el estudio de tan largo trayecto hubiera requerido más tiempo del por nosotros invertido; y así nos limitamos a estudiar, ante todo, Urbión, como centro principal, y luego los dos extremos: Demanda y Moncayo; teniendo así reunidos suficientes ejemplos del glaciarismo cuaternario de este tramo de la llamada Cadena Ibérica.

Nuestra excursión se efectuó durante la segunda quincena de julio y parte de la primera de agosto de 1916.

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Topografía de Urbión.-Otra es la topografía de Urbión; las estrechas bandas, a manera de retazos, de areniscas triásicas, calizas jurásicas y areniscas y pudingas cretácicas (éstas formando la superficie del terreno), yacen superpuestas, con fuertes inclinaciones, a las pizarras silúricas. Las formas de erosión se sujetan a la desigual dureza de los estratos, que dan lugar a rupturas de pendiente ocasionadas por la frecuente intercalación de pudingas entre las areniscas de grano fino; las pudingas, más resistentes, forman bruscos resaltos acantilados, al mismo tiempo que el modelado de las vertientes continúa en las areniscas, originando los amplios y suaves rellanos encima de aquel los estratos de pudingas (láminas 1ª y 8ª).

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Esta estructura que acabamos de indicar es típica de las vertientes septentrionales de Urbión, que contrastan con las contrarias, las cuales no presentan rupturas de pendientes; las condiciones tectónicas explican esta circunstancia, pues el conjunto estratigráfico tiene su buzamiento hacia el S., ascendiendo suavemente las laderas hasta la cumbre, en tanto que al N. terminan bruscamente en acantilados de gran altura.

Finalmente, la rápida evolución de las vertientes, modeladas en las deleznables areniscas, hace que en este territorio los valles sean en general más abiertos que en las sierras de la Demanda y de San Lorenzo, siendo el conjunto topográfico de formas menos enhiestas, salvo las locales rupturas de pendiente causadas por los estratos duros.

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1894 – SANCHEZ LOZANO

Descripción física, geológica y minera de la provincia de Logroño.

Contiene en su excelente descripción geográfica datos de las altitudes de los picos y puertos.

En la pág. 70, al hablar de la laguna de Urbión, anota su extensión, 12.800 metros cuadrados: el eje mayor, 160 metros; el menor, 95, y su profundidad unos 10 metros, Pág. 375, serie cuaternaria: “La parte de la Cordillera Ibérica correspondiente a las provincias de Logroño, Burgos y Soria, debió de hallarse durante la época pleistocena cubierta por una masa de agua helada…”, indicación cuya vaguedad responde a la fecha en que este trabajo se efectuó, por cierto la misma en que MACPHERSON planteaba en aquellos términos extraordinarios el problema de la glaciación cuaternaria en la Sierra de Guadarrama.

Como detalle en extremo interesante, consignamos que en la Memoria de SANCHEZ LOZANO, un grabado, representando la Laguna de Urbión, muestra bien claramente la morrena frontal del último retroceso.

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Glaciar de Urbión o del Arroyo de Riofrío

Iniciaremos nuestro estudio describiendo antes que ninguno el glaciar de la renombrada Laguna de Urbión, que juzgamos como el más importante de los recorridos por nosotros y el más característico de cuantos hay en los macizos ibéricos, pues en él están bien manifiestas las diversas partes del complejo glaciar que se originó con un gran desarrollo.

Se halla situado entre otros dos circos también glaciares; a su derecha, al E., está separado del circo de la Laguna Larga por la Loma de la Cebollera, que, naciendo en el mismo Pico de Urbión, divide las aguas que vierten al Ebro, de las que van al Duero, teniendo su orientación de SW. a NE. Por la izquierda, al W., lo separa del circo de Villavelayo una aguda cresta que continúa erguida en toda la longitud del valle.

La laguna de Urbión, retenida por los últimos depósitos morrénicos de la masa de hielo cuaternario, a la que el despertar de la climatología actual restaba y anulaba la energía de erosión y de transporte, emite un emisario denominado Arroyo de Riofrío, el cual se desliza por el fondo de la artesa glaciar, recorre el trayecto de ésta (unos tres kilómetros) y discurre después a través de cárcavos profundos para salvar la complicada orografía del Camero Viejo (Rioja Alta, provincia de Logroño), siempre en dirección de S. a N., hasta que uniéndose en Viniegra de Abajo al río Najerilla, tributa sus aguas al río Ebro.

La orientación general del valle es, pues, de S. a N., y por tanto, éste es un factor más que añadir a la especial situación geográfica del glaciar con respecto al régimen climatológico que tanto hubo de favorecerle cuanto perjudicara el desarrollo de los glaciares de la vertiente meridional del macizo; de todo ello hablaremos debidamente en el último capítulo.

En el valle glaciar de Urbión hemos distinguido tres fases glaciares sucesivas que han dado lugar a sus correspondientes depósitos morrénicos y lagunas de barrera, junto al modelado en U del valle y a la transformación del circo fluvial en glaciar.

Comenzaremos nuestro estudio describiendo el valle y la región de neviza o circo.

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Datos fisiográficos del valle. – La lámina panorámica nos ayudará a la descripción (láms. 3.ª y 9.ª). (Este panorama está tomado desde el escarpe occidental de la región de circo.) El valle comienza ensanchado en la región del circo y sigue con una gran amplitud en toda la región glaciar, para estrecharse bruscamente allí donde termina aquélla, continuando después por estrechos barrancos, en donde se encaja el Riofrío. Desde el fondo del circo hasta su terminación, guarda una dirección casi rectilínea.

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Sus laderas son escarpadísimas, pero de pendiente uniforme, que al pie mismo del Pico de Urbión pasa de 45º. La serie estratigráfica, constituida por areniscas weáldicas, presenta de trecho en trecho fuertes estratos de compacta pudinga, que dan lugar a rupturas de pendiente, formando en el fondo escalones de veinte y más metros de altura. Las vertientes están cubiertas uniformemente por los derrubios de areniscas y pudingas que rotas por multitud de diaclasas, forman a veces aludes extensos y destacados del relieve, a modo de pseudomorrenas, que llenan de bloques el fondo contribuyendo a borrar la topografía glaciar .

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En toda la gran superficie de este valle ni un pequeño arbusto rompe la  desolada monotonía de las ásperas vertientes que por todas partes muestran al desnudo la roca. Sólo en el fondo y en algún oculto rincón de las laderas se desarrolla una vegetación herbácea que cubre como un tapiz el suelo, señalándose sobre todo en los antiguos emplazamientos de las lagunas y charcas, hoy desecadas en su mayoría.

Los últimos árboles, las hayas, que más abajo se agrupan en extensos rodales, escalan erguidas y aisladas las rápidas vertientes allí donde termina el valle glaciar, a 1.560 metros de altitud (lámina 6ª). Como más adelante anotamos (véase resultados generales) es notable el contraste que forma el límite de las hayas al N. con el de los pinos al S., que bien desarrollados suben a 2.000 metros de altitud.

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CIRCO.- La vertiente derecha que sube suavemente por la loma de la Cebollera, cambia bruscamente su relieve al llegar al pico de Urbión, donde comienza la región del circo. El Pico de Urbión, también conocido en el país por La Caperuza, y el de mayor altitud de la región, 2.246 metros, se encuentra en las pudingas urgo-aptenses, rotas en enormes bloques que forman un pintoresco caos en la misma cumbre. A partir de aquí sigue una solución de continuidad al potente banco de pudingas urgoaptenses, hasta llegar al testero del circo constituido por el acantilado de La Remesa del Pico (2.150 metros), ruptura de pendiente del conglomerado, que forma un tajo vertical de unos 95 metros de espesor, a cuya sombra quedaba acogida en los primeros días de agosto la nieve que indica la fotografía.

La superficie superior de la Remesa es plana, lo que justifica su nombre; termina el escarpe de La Remesa algo suavemente hacia el W., por el Camperón del Pico, a 2.000 metros de altitud, y se continúa el perímetro del circo incurvándose ya hacia el N., para seguir la cresta divisoria con los Circos de Peñas Blancas (con su arroyo de igual nombre), para hacerse abrupto y escarpado a la altura del contiguo Circo o entradero de Villavelayo, pequeño glaciar al W. del de Urbión.

 La presencia de la homogénea formación de La Remesa (no olvidemos ciue el banco de pudinga condiciona de muy especial manera la topología general del macizo de Urbión, según se ha dicho en el capítulo l) imprime al circo un perfil particular. La Remesa, más resistente a la acción erosiva glacial, no ha retrocedido tanto, ha sido menos limada que sus flancos laterales; de igual modo que el Pico de Urbión se ha mantenido erguido ante el hielo. Así mismo hemos de señalar todavía al E. del Pico de Urbión otra pequeña entalladura, la Hoya de los loros, correspondiente a una solución de continuidad del banco de pudinga. La anchura aproximada del circo pasa de 600 metros, desde el Pico de Urbión al Camperón.

Glaciación máxima de tipo alpino.- Muy demostrativo es el estudio de las morrenas de Urbión, que hacen ver una glaciación de tipo alpino de valle y postreras glaciaciones de tipo pirenaico, cercanas ambas una a otra en el tiempo y en el espacio.

Analizaremos los depósitos morrénicos por el orden en que aparecieron.

MORRENA IZQUIERDA DEL GLACIAR DEL VALLE. – La loma de la Cebollera, vertiente derecha del valle, es escarpada, mostrando su estructura estratificada en toda su longitud sin accidentes. En cambio, la margen izquierda del valle es más suave, ondulada en unos sitios, con breves escarpes en otros. En esta ladera ha podido mantenerse la morrena del glaciar del valle, en tanto que en la opuesta no se aprecian huellas de la morrena derecha; la erosión ha debido destruirla rápidamente. La morrena izquierda, bien destacada sobre el relieve autóctono, es un admirable testigo de la máxima glaciación.

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La morrena está constituida por gruesos bloques y lajas de arenisca, mezcladas con detritus fino, al principio (lamns. IV y VI); cuanto más cerca de la terminación, más domina éste sobre aquéllas. Arranca a los 1.910 metros, (o sea unos 50 por de bajo de la Laguna de Urbión) del límite occidental del circo, desde cerca de El Camperón. Tan pronto se acusa con pujanza singular, con elegante factura, ofreciendo las pendientes su forma normal, rápidas hacia adentro y suaves al exterior, como casi desaparece durante otros trechos. La periodicidad de ciertos estratos de pudinga, más fuertes y de menos espesor que otros de arenisca, parece repercutir en la morrena por los bruscos escalones que aquéllos forman.

Poco después de iniciada la morrena, pierde altura, para dar paso a un pequeño arroyo, procedente de una lagunilla de contención, entre la morrena y la loma autóctona; usando de la terminología popular de la Sierra de Gredos, diríamos que en Urbión también la morrena izquierda, libre (en casi su totalidad), forma barquillos o cubetas alargadas entre ella y la loma, con lagunas bastante grandes que se conservan bien gracias a la compacidad del material morrénico, constituido por la pudinga y por el detritus arcilloso-arenoso, que la empasta y endurece.

Como indicábamos, a los 1.900 metros aparece el primer barquillo, con lagunilla cuyo desagüe cae rápidamente al valle uniéndose al arroyo de Riofrío o de Urbión en una de las rupturas de pendiente del fondo del valle.

Inmediatamente se yergue la morrena en un montículo de 12 metros sobre esta lagunilla (v. lám. 4ª); adquiere entonces espesor y robustez, emitiendo varios cordones hacia el interior del cauce. La morrena se bifurca y origina dos barquillos; en el inferior y más septentrional de los cuales, hay otra pequeña laguna, a 1.820 metros. Inmediatamente después de ella, la morrena se hace postiza, para reaparecer libre y continua, aunque ya más imprecisa que al principio. Sigue luego otra laguna, a 1.760 metros, y otro segmento morrénico libre. Después los cordones de bloques erráticos se incurvan transversalmente hacia el fondo del valle indicando la terminación de la morrena izquierda, la cual se halla a una altitud de 1.560 metros, formando una barrera transversal que, cortada por el arroyo, aparece disgregada y poco patente (láms. 4.ª y 6.ª); para seguir sus rastros los observadores, tienen que deslizarse por la rápida ladera, descendiendo a la Majada de Alborta, donde los meandros del arroyo de Riofrío indican que allí se inicia la erosión fluvial regresiva.

Como complemento a los depósitos morrénicos de la máxima glaciación, se observa exteriormente a ella, en la Majada de Alborta, al pie del final de la lengua, una pequeña terraza fluvio-glaciar, a 1.550 metros de altitud, de superficie plana y de poco espesor, que el activo transporte del Riofrío va poco a poco destruyendo.

VALLE EN U (lám. 4.ª). – Otra característica bien visible de la gran glaciación de Urbión es la forma del valle en U aplastada durante todo su trayecto, desde el circo hasta el final de la lengua, donde se torna estrecho y en V. Es notable este contraste, al que va unida la presencia de fuertes barrancos, creados en las laderas del valle fluvial, en tanto que en el valle glaciar, sobre todo en su vertiente derecha, ni una pequeña entalladura corta la extensa superficie aplanada.

Detrás de la morrena terminal hay una depresión encharcada (Zungebecken),  donde divaga el arroyo, indicando un antiguo lago de dique. A medida que se retrocede aguas arriba, se van hallando rupturas de pendiente; hasta la ruptura a 1.740 metros aparece el cauce limpio de todo canto errático. Sobre el estrato compacto, a 1.740 metros, descansan lomas detríticas, originadas por el depósito de la morrena de fondo, hecho que se repite en los sucesivos escalones de pudinga que asoman en el fondo de la artesa glaciar.

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