MEMORIAS DE LA COMISIÓN DEL MAPA GEOLÓGICO DE ESPAÑA – Año 1890

MEMORIAS DE LA COMISIÓN DEL MAPA GEOLÓGICO DE ESPAÑA

Descripción física, geológica y agrológica de la provincia de

SORIA

Por D. PEDRO PALACIOS

Año 1890

MONTES Y VALLES,

REGIÓN SEPTENTRIONAL

Sección del noroeste.—La sierra de Urbión comienza en el paraje en que convergen los confines de Burgos, Logroño y Soria, donde la cordillera gana una altitud de más de 2200 metros. En su mitad occidental ofrece una espaciosa cumbre erizada de riscos y crestones, formados por pudingas silíceas, entre los cuales destaca la mole de peñascos que constituyen el pico de igual nombre que la sierra, que es el más elevado de la provincia después de la cima del Moncayo. Las caídas del pico hacia el norte se hallan corladas por una imponente escarpa de más de 100 metros de altura, bajo la cual se abre, dentro ya de los confines de Logroño, un espacioso circo de más de 400 de diámetro, en cuyo fondo se descubren desde lo alto, formando una mancha de color verdoso, las aguas de la laguna de Urbión. Dos quilómelros al sudeste, todavía sobre la cumbre de la cordillera, levanta majestuosamente su aguda cima el monte de Zorraquin, cortado también en casi todo su contorno por enormes tajos y derrumbaderos, que le aíslan de las alturas inmediatas y contribuyen á hacer más pronunciado su relieve. Entre las enormes barrancas que rodean su base tienen su asiento otras tres lagunas llamadas en el país Negra, Helada y Larga, cuyo caudal sobrante, durante las épocas lluviosas, se despeña por hondos é impenetrables barrancos á la vecina garganta de Santa Inés, que lo envía al Duero por el torrente Revinuesa.

A levante del pico de Urbión, la cumbre, sin descender notablemente en altura, pierde por completo su fragosidad, quedando convertida en una anchurosa loma cubierta de praderas y pasturajes.

En los declives al sur forma algunas hondonadas aguanosas, origen de multitud de pequeños regajos que, reuniéndose después en varios arroyos, van á engrosar los tórrenles que surcan las faldas de la sierra. Por el norte enlazan con la vertiente de la cordillera montes incultos y solitarios, faltos de arbolado y abundantes en yerbas finas que sólo durante un corto período del año pueden aprovechar las ganaderías trashumantes. Densas masas de pinares revisten las laderas meridionales de la sierra de Urbión, aun en sus pendientes más rápidas, hasta la altitud de 1750 metros: poco más arriba de este límite desaparece todo rastro de vegetación arbórea, y únicamente algunas gramíneas y criptógamas avanzan hasta las cimas más altas, cuyos riscos y desigualdades desaparecen durante el invierno bajo un espeso manto de nieve.

Al terminar la sierra de Urbión, la divisoria se deprime hasta 1760 metros de altitud en el puerto de Santa Inés, por el cual se comunican directamente los pueblos del pinar soriano y los situados en la vertiente logroñesa. (…)

(…) Las vertientes septentrionales del macizo de Urbión y Cebollera constituyen el territorio de Cameros, en el cual se difunden los contrafuertes del mismo macizo, dando origen á una confusa agrupación de montes y collados que se enlazan y ramifican sin llegar á constituir verdaderas líneas de cumbres con dirección determinada. Esta dilatada comarca, á la que en otro tiempo dieron justo renombre sus numerosos rebaños de ganado merino, y cuya principal riqueza todavía hoy estriba en sus tierras de pasto, pertenece casi en totalidad á la provincia de Logroño, quedando sólo dentro de la de Soria el pueblo y término de Montenegro, situado entre las derivaciones del puerto de Santa Inés y que, por su situación topográfica, apenas mantiene con la capital otras relaciones que las meramente administrativas, á causa de la dificultad de comunicarse directamente con ella, sobre todo en invierno.

Los contrafuertes que de la misma cadena se derivan hacia el sur se alinean, por el contrario, con regularidad y constituyen otras cordilleras secundarias, cuyas ramificaciones se extienden en toda la región noroeste de la provincia. Una rica vegetación forestal arraiga vigorosa en gran parte de aquel escabroso suelo, que, con sus pintorescos valles, sus agrestes quebradas y sus dilatados pinares, ofrece á cada paso los más sorprendentes y variados paisajes.

De la falda de la sierra de Urbión, en su parte más occidental, despréndese con dirección hacia el S. la sierra de La Umbria, la cual se prolonga hasta el término de Duruelo, sirviendo de límite á las provincias de Burgos y de Soria. Forman esta sierra una larga fila de cerros y collados, cuya mayor altura no pasa de 400 metros sobre el nivel general del suelo, si bien las de algunas de ellos alcanzan á 1500 metros sobre el mar. Por una y otra vertiente se halla poblada de grandes masas de bosque, sobre las cuales se ven descollar desde lejos los pelados riscos que coronan sus estrechas cimas.

En su terminación, la sierra de La Umbría se bifurca en dos importantes ramales: uno de ellos se dirige hacia el SO. y da origen á los montes del Amogable, de los que á su vez deriva todo el conjunto de lomas que ocupan los pinares de Navaleno, San Leonardo y Hontoria, en la zona limítrofe de ambas provincias. El otro ramal corre hacia el E. y forma una larga cordillera que va siguiendo el curso del Duero por su margen derecha hasta el término de la capital, en que se desvanecen sus últimos relieves. En los primeros 20 quilómetros de su longitud forma dicha cordillera la serrata del Resomo y los montes de Vallilengua, sirviendo de divisoria entre dicho río y el Ebrillos hasta su confluencia en la cañada del Bardo, donde queda interrumpida por abruptas escarpas; continúa después al otro lado de ésta con las riscosas alturas del monte Berrún, y concluye con una serie de lomas y altozanos que, por los términos de Oteruelos y Pedrajas, avanza hasta la dehesa de Valonsadero.

La sierra de Duruelo es otro contrafuerte que se separa de la cordillera principal, al pie de los picos Urbión y de Zorraquin, y va á terminar bruscamente 12 quilómetros más hacia el sur entre Salduero y Vinuesa, cortada por la estrecha garganta de Molinos, que encauza al Duero bajo los mencionados montes de Vallilengua. Alineada, casi invariablemente, hacia el SE., se mantiene en toda su corrida á considerable altura, extendiendo á uno y otro lado sus rápidas vertientes, surcadas por numerosos barrancos y torrenteras, cuyos angostos cauces se ocultan bajo la espesura de exuberantes pinares.

Los derrames occidentales de esta sierra se desvanecen en el pequeño valle de Covaleda, comprendido entre ella y las vertientes de El Resomo y de La Umbría. Se extiende este valle de NO. á SE. desde la falda de Urbión hasta el término de Salduero, donde se encierra en la mencionada garganta de Molinos. El Duero le recorre en toda su longitud, que no pasa de 12 quilómetros, recogiendo en él un sinnúmero de arroyuelos que refuerzan considerablemente su caudal.

Dentro del valle sólo se cultivan exiguas parcelas de terreno, dedicadas principalmente á huertos y prados de siega; pero la escasez de recursos agrícolas se compensa con la riqueza de los pinares que le cubren en gran parte de su extensión. (…)

(…) La sierra del Castillo y la de Duruelo se hallan separadas en toda su longitud por la llamada garganta de Santa Inés, que empieza bajo el puerto de este nombre y desciende, como aquéllas, hasta las márgenes del Duero. Encerrada entre altas y empinadas laderas, que dejan en su fondo una anchura variable, nunca mayor de un quilómetro, y cubierta en casi toda su superficie de pinos y robledales, forma esta cañada un angosto valle de 12 quilómetros de largo, agreste y pintoresco como todo paisaje de montuna en que se exhibe una vegetación lozana; abundan los arroyos, y el suelo se cubre de praderas en los claros que dejan sus masas de bosques. A la entrada del valle, cerca del Duero, se halla situada la villa de Vinuesa, llamada de antiguo la Corte de los pinares, y en el extremo opuesto el caserío de Santa Inés, inhabitable durante el invierno á causa de los enormes ventisqueros que se acumulan en las inmediaciones del puerto. (…)

El territorio soriano  excursiones geográficas (1915) - García Rey-79 copia

CUENCA DEL DUERO.

El Duero recibe sus primeras aguas de varias fuentecillas que brotan al pie del pico de Urbión en la cumbre de la sierra de este nombre, á 2100 metros de altitud, si bien su corriente no llega á hacerse perceptible hasta que desciende al valle de Covaleda y absorbe las aguas del arroyo Triguera, procedente de la sierra de la Umbría.

Así formado, atraviesa el referido valle con dirección hacia el SE., escondido á  trechos entre frondosos pinares y recogiendo algunos arroyuelos que le envían por uno y otro lado las sierras del Resomo y de Duruelo. Sigue después por Salduero y Molinos, encerrado en una estrecha garganta que le conduce a Vinuesa, donde recibe por la izquierda las aguas reunidas de los torrentes Revinuesa y Remunicio; y, nuevamente aprisionado entre altas márgenes, pobladas también de pinos y que sólo le dejan angosto cauce, va por La Muedra al valle de Vilvestre é Hinojosa, en cuyos llanos se extiende con numerosas ondulaciones á través del manto de grava que han ido depositando sus avenidas. (…)

Isleos en la comarca de los pinares.—Los barrancos y cauces que surcan las pudingas urgoaptenses en los pinares de San Leonardo y Navaleno, y también los del valle de Duruelo y Covaleda, descubren por bajo de ellas las areniscas superiores del vealdense, que se reconocen en sus tintas más rojizas, en el menor tamaño de sus elementos y, sobre todo, en que alternan con capas de arcilla de esta misma coloración, á las cuales acompañan algunos lechos de areniscas arcillosas abigarradas de estructura tabular.

Entre San Leonardo y Talveila asoman también en distintos sitios estos materiales apoyados sobre las calizas liásicas de la faja que cruza por aquella parte de la provincia y sensiblemente concordantes con ellas en su arrumbamiento é inclinación. Cerca de este último pueblo, á la entrada del hocino por donde atraviesa dicha faja el arroyo que baja de los pinares, asoman al mismo nivel, y asociados con arcillas y areniscas rojas, unos bancos de caliza blanco-agrisada, idéntica por sus caracteres á las del monte Berrún y de las cercanías de Vinuesa (…).

(…) En los términos de Covaleda y de Duruelo abundan principalmente las areniscas de grano fino, á que se asocian otras más ó menos arcillosas y deleznables, y algunas capas de samita. Las pudingas dominan en las hiladas inferiores del tramo, y debajo de éstas se descubren en algunos sitios, á lo largo del cauce del Duero, las rocas vealdenses, que se distinguen por sus colores más vivos y variados. La alternación de capas compactas y tenaces, con otras menos consistentes que ceden fácilmente á la acción corrosiva de la atmósfera, ha producido desprendimientos de masas de roca más ó menos voluminosas, que, socavadas en su base y faltas de apoyo, pierden su posición primitiva ó acaban por derrumbarse, amontonándose en las laderas ó en las hondonadas del suelo; contribuyendo también en cierta medida á ese resultado la vegetación arbórea, cuyas raíces, penetrando entre las hendeduras de los estratos, facilitan su cuarteo. Á poca distancia de Covaleda, en dirección á Salduero, se ven dos grandes moles de pudingas que, aisladas por ese modo é inclinada la mayor hasta apoyarse en la otra, dejaron entre ellas un hueco, el cual, ensanchado después artificialmente, da paso al camino que une á aquellos pueblos.

Asimismo en el pinar de Covaleda, que se extiende por las vertientes del serrijón del Retorno, se alza, en la divisoria de aguas al Duero y al Ebrillos, un gran bloque de arenisca de unos 12 metros cúbicos, al cual, á consecuencia de ser su base muy estrecha y estar ésta situada en la vertical del centro de gravedad de la masa, puede imprimírsele con poco esfuerzo los movimientos de oscilación que han originado el nombre de peña Andadera con que se la designa en el país.

Entre Molinos y Salduero algunos bancos de arenisca tienen un tinte ligeramente rojizo y ofrecen bastante consistencia para resistir sin grandes desgastes la acción corrosiva de la atmósfera. Á esta circunstancia se debe, sin duda, el que haya podido conservarse en un bloque de esta naturaleza, llamado en el país La Peña Escrita, que resalla sobre la orilla derecha del Duero, una inscripción alusiva á la vía romana de Uxama (Osma) á Visontium (Vinuesa), que pasa por aquel sitio. Literalmente copiada, esa inscripción dice:

HANC VIAM

V. G.

LVCRET. DENSVS.

VIRVM

FECIT.

(…)

El glaciarismo cuaternario en los montes ibéricos (1918)-7

(…)El pino albar, que constituye la zona forestal más importante de la provincia, tiene su área de vegetación circunscrita casi exclusivamente en estos materiales, sóbrelos cuales arraiga vigoroso aun en los sitios más quebrados é inaccesibles, sin exclusión de otras especies arbóreas ó arbustivas, como el roble, el brezo, etc., que también se propagan en ellos, ya solas, ya más generalmente asociadas con la primera. Los pastos, aunque no dejan de ser abundantes, no adquieren tan considerable desarrollo como en los suelos anteriormente mencionados; pero los prados de siega conservan todavía cierta importancia en los valles de Santa Inés y de Covaleda, en todos aquellos parajes donde la facilidad del riego y la composición del suelo, de mayor fondo y relativamente más arcilloso que en todo el resto de la misma zona, son favorables á este género de cultivo. (…)

PINARES.

El pino albar (Pinus sylvestris, Lin.) constituye, como ya repetidas veces he indicado, la zona forestal más importante de la provincia, puesto que, con ligeras soluciones de continuidad, ocupa las vertientes meridionales de la cordillera de Urbión, las sierras de la Umbría, de Duruelo y del Resomo, el valle de Salduero y Covaleda, casi toda la garganta de Santa Inés y los montes de El Amogable, de San Leonardo, Navaleno, Talveila, Muriel Viejo y Muriel de la Fuente.

Esta zona enlaza además, por el oeste, con otra más extensa que cubre las comarcas limítrofes de Burgos; por el este termina en la cumbre de la sierra del Castillo de Vinuesa, y hacia el sur tiene por límites las lomas liásicas que cruzan los términos de San Leonardo y Talveila y las derivaciones occidentales de la sierra de Cabrejas. En la parte meridional de esta zona, dentro de la cuenca del Ebrillos y también en la sierra de La Umbría, al pino albar se mezcla frecuentemente el pino negral, que unas veces se halla representado por ejemplares diseminados y otras forma pequeñas manchas salpicadas, á que en el país llaman negradelas. El haya confunde también su área de vegetación con la del Pinus sylvestris en los montes próximos al puerto de Santa Inés, donde se encuentran dos rodales de aquella especie de unas 200 hectáreas. En cambio, en las sierras de Salduero y Covaleda, situadas hacia el centro de la misma zona, se ven grandes extensiones en las que el pino albar tiene el completo dominio del suelo, con exclusión absoluta de toda otra especie arbórea. El roble quejigo (Q. lusitanica, Lam.) y el rebollo (Q. lozza, Bosc.) se asocian también frecuentemente con los pinos, rellenando á veces los claros que éstos dejan, y formándola espesa maraña de toda aquella masa de bosques, en unión con los brezos, retamas, majuelos y otras varias especies arbustivas.

(…) En la región del noroeste el pino albar tiene su área de vegetación comprendida próximamente entre 1000 y 1750 metros de altitud, subiendo por la vertiente de Urbión hasta las faldas del Zorraquín y las inmediaciones de la laguna Negra. (…)

Las comarcas pinariegas del noroeste son, puede decirse, el único centro productor de maderas en la provincia. Casi todas las que de ellas se extraen, preparadas convenientemente en varias sierras mecánicas que existen en Covaleda, Salduero, Vinuesa, San Leonardo, etc., se conducen á la capital, de donde se exportan á los centros de venta establecidos en Zaragoza, Madrid, Valladolid, etc., unas veces directamente con las carretas mismas del país, y con más frecuencia aprovechando las estaciones de ferrocarril más próximas.

Sólo una pequeña parle se elabora en el país, empleándola en la fabricación de gamellas y aros para cedazos; industria que no deja de tener alguna importancia, especialmente en el pueblo de Covaleda.

El pino negral (Pinus pinaster, Sol.), á diferencia del albar, que en la provincia adquiere su máximo desarrollo dentro de la región subalpina, aparece confinado principalmente en la zona superior de la región montaña ó frío templada, extendiéndose á lo largo de la vertiente derecha del Duero en las comarcas centrales, por más que avanza hacia el norte mezclado con el primero hasta la altitud de 1550 metros en las laderas de la sierra de La Umbría. Su límite inferior toca en las márgenes del Duero, en los términos de Berlanga y de Gormaz, donde desciende hasta 850 metros, mostrándose todavía en buenas condiciones de vegetación. (…)

 

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