LA VOZ DE PINARES – HOMENAJE A D. ÁNGEL TERREL

LA VOZ DEL URBIÓN, Nº 5 (Junio – 1981)

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HOMENAJE A DON ANGEL TERREL

Nació en Soria, el 1 de Marzo de 1.872. Sus padres eran sencillos y humildes. Su niñez no pudo tener más problemas políticos. Comenzaba a reinar en España Amadeo I de Saboya y en el año 1873 renunciaba a la corona. Se proclamó la Primera República que tuvo en un año cuatro Presidentes. En 1874 el General Pavía disolvió las cortes republicanas y por fin en 1875 empezó a reinar Alfonso XII, padeciendo la tercera guerra carlista que terminó en 1876 y la guerra de Cuba que se resolvió en 1878.

Empezó a estudiar Bachillerato, alternando sus estudios con las clases de solfeo y piano. En 1888 se fue a Madrid a seguir sus estudios.

Su gran afición a las plantas, su amor a la Naturaleza y su gran conocimiento de las ciencias físicas y químicas le ayudaron a escoger su vocación. Estudió Farmacia.

En Madrid, mientras estudiaba, y como sus recursos económicos no eran muy florecientes, para no gravar a su familia, mientras otros compañeros y amigos se divertían o jugaban él los dedicaba a tocar el piano en cafés-teatros para ganarse un pequeño sueldo y la consumición correspondiente. Una vez terminados sus estudios y ya, Licenciado en Farmacia , regresó a Soria.

Como su carácter era inquieto pronto empezó a ejercer su profesión. Caracena fue el primer pueblo que estuvo de «Boticario», aunque provisionalmente. Más tarde, al quedar vacante su titular, se marchó a Montenegro de Cameros.

Muchos amigos y compañeros de estudios, le insinuaron que cómo con su capacidad y conocimientos, se enterraba en un pueblo, pues en cualquier capital tenia las puertas abiertas a la fama y al dinero.

Nada ni nadie pudo hacerle cambiar de idea. Su gran amor a las tierras de Soria y su gran ambición por servirla y ayudarla le hicieron desistir de todo lo demás. Y así lo hizo. Con la Farmacia ayudó a curar muchos enfermos y con la música a levantar el animo de sus convecinos.

En Montenegro de Cameros comenzó, para efectos, su vocación, profesional. Su más constante signo de la vida. Además de ejercer su vocación estudió su flora y su fauna; e inició a enseñar el solfeo. Eligió un grupo de mozos y tras su aprendizaje, llegó con ellos a formar una Banda de Música.

Pero el destino le tenía reservado algo más. Una plaza, un pueblo: Covaleda. Y así, hacia el año 1904 llegó a Covaleda como titular.

Muy pronto empezó a dejarse querer y, recíprocamente, él también amó a sus gentes, a su tierra, y a todos lo que en Pinares existiese. El no lo sabía, pero el destino nuevamente le tenia reservado algo más aún. Quería que en Covaleda «echase raíces». En 1908 murió su esposa María Tierno, con la que tuvo tres hijos. Se volvió a casar. Su nueva esposa fue de Covaleda, Adela Romero, con la que tuvo diez hijos más.

En 1912 escribió un libro: “De Covaleda y para Covaleda” Pero no es en sí el libro lo que queremos destacar, sino su Prólogo.

El móvil que me guía para escribir este libro no es otro que el de mucho amor que le tengo a esta tierra de pinares, pues si bien no he visto en ella la luz primera, guardo, sin embargo, recuerdos que no se borran más que con la muerte. La Iglesia, el cementerio; todo evoca en mí recuerdos tristes, recuerdos que, aún cuando el tiempo los vaya adormeciendo, de ninguna manera conseguirá borrarlos.

Por otra parte, habiendo adquirido nuevos afectos por estar emparentado con muchos vecinos del pueblo, resurgen en mi nuevos amores, nuevos encantos para este pueblo, así que ¿qué título podré yo dar a este libro? El más sencillo y a propósito, el que le doy. De Covaleda y para Covaleda.

El libro comienza por relatar algo de geografía. Sigue con un adagio en el que entonces decía: “Quien casa en Covaleda, mujer y mula lleva”. Resaltando los grandes trabajos que las mujeres hacían y la prodigiosa fuerza que poseían.

Continúa con el origen de Covaleda, en el que dice que somos primos hermanos de los Turáneos. Tiene origen vasco, pues Urbión significa “aguas dos buenas” y Doura (hoy Duero), también es palabra vasca.

Los Celtíberos, en la provincia de Soria, se dividieron en dos grupos: Los Duracos o Bracos y los Pelendones. Covaleda pertenecía a los Duracos o Bracos y Pelendones.

Nos dice también que una colonia Bretona se estableció por esta zona, de ahí el nombre de Bretos.

Sigue con su situación y extensión en la que nos dice, que desde la raya de Salduero hasta la de Duruelo es de 11 y medio Km. aproximadamente y desde el pinar de Soria hasta el Urbión, de unos 27 Km.

Después continúa con los títulos de Carretería y la Cabaña nacional de carreteros. Narra también las contiendas entre Duruelo y Covaleda por motivos de pasto. Habla sobre la caza y la industria. Estudia la importación y la exportación, las vías de comunicación, la emigraci6n y el estado intelectual del pueblo. Narra las costumbres del pueblo y las fiestas de las Cofradías de San Sebastian y de Jesús.

Continúa con una narración de cuentos y una obra de teatro titulada “Covaleda en 1930″. Después hace un estudio crítico, descriptivo y sociológico cuyo título es “La mujer soriana de la ciudad y de la aldea”. Este trabajo fue premiado en los juegos florales que se celebraron en Soria. Y para terminar hace un estudio de los animales más importantes que habitan en nuestro terreno.

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También en Covaleda se dedicó a su otra vocación: la música. En Octubre de 1928 fundó con veinticuatro mozos, una Banda de Música. Su primera actuación, tuvo lugar el Domingo de Pascua de 1929. Tal auge y éxito obtuvo que el 13 de junio de 1930, el Ayuntamiento de Covaleda la convirtió en Banda Municipal, Hoy extinguida ¡que pena!.

También alegró la vida de los vecinos preparando obras de teatro, zarzuela, colaborando así a aumentar un poco más el nivel cultural de sus vecinos.

Pero no se conformó con esas facetas, sino que seguía leyendo, estudiando, investigando, tomando notas, etc., y así realizó trabajos importantes que le merecieron títulos, premios y condecoraciones. Todo esto, claro está, sin abandonar su profesión, pues tenía que preparar a diario y en su laboratorio, casi todas las recetas que en sus años correspondientes recetaran los médicos del pueblo Doctores D. Tomás, D. Alfonso, D. Primo, D. Luís y por último D. Ramiro.

En cuanto a sus obras, señalaremos las más importantes:

  • “Flora de Cameros” – premio extraordinario del Dr. Puig Sureda.
  • “Flora de Covaleda y cumbres del Urbión” – medalla de plata y diploma de honor.
  • “Flora de la provincia de Soria” – diploma de honor.
  • “El cultivo de las plantas espontáneas medicinales” – medalla de bronce y diploma de honor.
  • “Estudio bioquímico de las especies medicinales de la flora de la provincia de Madrid” – diploma de honor.

Todos estos trabajos fueron premiados por el M.I. Colegio de Farmacéuticos de Barcelona.

            “Estudio de las plantas medicinales de España de más uso terapéutico”, premiado con el título de Académico Corresponsal de las Ciencias Médicas de Córdoba. “Estudio bioquímico y cultivo del papaver somniferum”, premiado con el título de Socio Honorario por el Instituto Valenciano. “Estudio de la belladona”, premio extraordinario del Dr. Gamir. “Estudio de las Labiadas”, “El parasitismo vegetal”, “Estudio sobre la flora Hispano-americana”, premiados todos ellos con diplomas.

            Pero todos estos trabajos no eran simplemente trabajos de botánico, sino que eran trabajos de grandísimo alcance, en los que la profunda ciencia se amalgama con las reflexiones de filósofo, con las características de biólogo y químico, con las anotaciones de historiador, con las consideraciones de sociólogo, expresando también el cálido amor a la patria grande y chica.

            Pero no terminan aquí sus trabajos. También se dedicó a los problemas de sociología y de higiene. Tuvo trabajos de gran mérito. Sus más importantes son: “Aire atmosférico bajo el punto de vista higiénico: impurezas y purificación”, diploma de honor por el Real Colegio de Farmacéuticos de Madrid. “Medios prácticos que deben emplearse para la purificación del aire y desinfección de los mercados, mataderos, lecherías, ferrocarriles y demás vehículos públicos, etc.”, premiado con medalla de plata y diploma de honor por la Real Academia Nacional de Medicina. “Abastecimientos de aguas potables en el medio rural”, premiado con diploma de honor por la Sociedad Española de Higiene.

            Es asombroso y digno de señalar que estos trabajos mencionados anteriormente, fueron escritos antes de 1929, siendo algunas predicciones expresadas en sus trabajos de plantas, confirmadas hoy día por expertos en botánica. Pero que en aquellos años un soriano y residente en zona de pinares, cuya contaminación atmosférica es prácticamente nula, se preocupara por dicho problema (hoy día problema mundial), resulta asombroso y sorprendente.

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            Fue, por tanto, el mejor Embajador de Covaleda, pues en todos sus escritos figuraba “Farmacéutico de Covaleda”. Y todas las crónicas de los periodistas, al exaltar sus obras, coincidían en proclamar “El gran erudito Farmacéutico de Covaleda”.

            Varias veces le ofrecieron un puesto de Catedrático en las Universidades de Barcelona, Madrid, Valencia, Córdoba, Sevilla, etc… pero era tal el amor que sentía por Covaleda y su tierra Soriana, que rotundamente se negó a salir de ellas.

            El 9 de julio de 1929 le fue impuesta solemnemente, en la Diputación Provincial de Soria, y por el Gobernador Civil, Excmo. Sr. Marqués de Vista Alegre, la Medalla del Trabajo, concedida por el Gobierno del General Primo de Rivera.

            Condecoración que raramente se le concedía a un civil. Fue una recompensa a su sacrificio, esfuerzo, constancia y anhelo al trabajo.

            Sus credenciales fueron estas: Académico C. de la Nacional de Farmacia. Académico C. de la Medicina y Cirugía de Sevilla. Académico C. de las Ciencias Médicas de Córdoba. Socio de honor del Instituto Médico Valenciano.

            Falleció el 17 de Marzo de 1949, aproximadamente a las 5 de la tarde. El trayecto hacia su última morada pareció corto, dadas las grandes muestras de cariño expresadas por la gran multitud que le acompañó. Los turnos para llevar a hombros el féretro, eran constantemente cambiados. Era el último adiós que podían ofrecerle sus familiares, amigos y convecinos. Y como en las grandes solemnidades, la Banda Municipal de Covaleda, le acompañó en su recorrido al compás de las notas musicales de la Marcha Fúnebre de Chopin. ¡Cómo te iba a faltar la Banda Municipal, si fuiste tú su Fundador!.

            La familia quiso que en su lápida figurase una simple insignia: el Emblema de Farmacia, para que te recordaran por lo que fuiste, por lo que hiciste y por lo que representaste.

            En la Revista de Soria, D. Heliodoro Carpintero le dedica un gran reportaje en el espacio de “Sorianos Ilustres”, relatando su vida y sus obras. Al final de su reportaje lo denomina como un genio creador y lo trata de ser un hombre de gran talla intelectual y moral, no comprendido por la masa humana.

            Y por fin, en un homenaje póstumo que le hicieron el Colegio de Farmacéuticos de Soria, el Colegiado de Honor y Académico D. Santiago Aparicio Llorente dijo de él: “Terrel, puesto como todos en el trance de elegir, se inclinó por la ciencia, honrando a la clase farmacéutica, dignificándola y elevándola, a la vez que conseguía laureles y glorias bien merecidas por quien como él supo huir del mundanal ruido y seguir, como dice el poeta, la escondida senda por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido”.

            En Soria, una calle lleva su nombre. En Covaleda también. ¿Pero es esto solamente lo que se merecía de Covaleda?

Tu nieto: Ángel Terrel Lamela

Tu biznieto: José Ángel Terrel de Miguel

 

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4 respuestas a LA VOZ DE PINARES – HOMENAJE A D. ÁNGEL TERREL

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  2. angel carlos terrel luna dijo:

    Me produce una gran alegria el haber tenido a un bisabuelo tan erudito y docto y en los tiempos tan dificiles en los que vivio

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